Golpe en la pequeña China

¿Cómo consigue esta criatura que lo inviten a estos actos sociales? 

Es un demonio este chico. Un auténtico demonio.

Más rubias

Y ya que hablamos de rubias, pongámonos serios. Hemos discutido mucho este tema y los dos estamos de acuerdo: Después de Mme. Monroe, en cuya estrella hollywoodiense ya se ha retratado mi pequeño (véanse gloriosas entradas anteriores), nuestra dama del celuloide preferida es la señora Basinguer. A mi pequeño le hubiera gustado marchar de nuevo a Los Ángeles para hacerse la foto a los pies de la diva pero la crisis ha mermado su presupuesto para viajes transoceánicos. No importa. Siempre nos quedará Madrid. 

Querencias

Dos imágenes en las que mi pequeño aparece cerca de sus aficiones más queridas.

Foto 1. Vino.

Foto 2. Rubias de bote.

Si es que ha salido al padre.

Pelota

Paco Torres sigue apareciendo en este blog, lo que alguien entenderá como el divino y ancestral ejercicio que practican los escritores de hacer la pelota a los editores para que les sigan publicando sus libros. 

Nada más cerca de la realidad, queridos lectores. 

Véanlo, tan pinturero, en esta imagen con las herramientas imprescindibles que todo buen editor debe tener siempre a mano: una cerveza fresquita, algunos de sus libros más recientes (el mejor en primer plano, of course), y un servilletero por si alguna idea genial aparece en el horizonte y es necesario anotarla con rapidez. 

Aventuras en la costa (sub-acto segundo)

Durante el copeo todo fue mucho más divertido. Se degustó un vino denominado Pajarete, se degustaron las viandas típicas de la zona y se hizo un experimento fotográfico que demuestra la buena salud de este blog. Carmen Velasco posó estupenda para nosotros sosteniendo entre sus manos Los 400 golpes. Fernando Mateo, no menos estupendo, se retrató con un ejemplar de otro libro elegido al azar. Como ustedes pueden comprobar, y no es amor de padre, la diferencia es abismal. ¡Vivan los golpes!

P.D. Paco Torres, al fondo de la segunda imagen y ajeno por completo a nuestra labor fotográfica, sostiene una interesante conversación con el camarero sobre el contenido de la carta culinaria del local. 

Aventuras en la costa (sub-acto primero)

Mi pequeño siempre lo ha dicho: la Costa del Sol le tira mucho. Y el otro día, entre viaje y viaje, decidió acudir a un acto convocado por e.d.a. libros en la biblioteca de Arroyo de la Miel (Benalmádena) para departir un rato con Carmen Velasco, José Eduardo Tornay, Federico Fuertes y el editor Paco Torres. 

Y aquí están los testimonios. El acto, como todos los de esta índole, tuvo dos sub-actos: en el primero los autores hablaron de sí mismos y todo resultó la mar de aburrido. En el segundo y más interesante, se fueron todos a un bar y comieron tapas hasta el alba (bueno, en realidad no pudo ser hasta el alba por mor del trabajo y los madrugones, pero ahí queda la cosa para la siguiente ocasión). 

Y aquí están los testimonios del primer sub-acto. 

Foto 1. Los escritores Carmen Velasco y José Eduardo Tornay, y el editor Paco Torres se disponen a disertar sobre el día del libro bajo la atenta mirada de mi pequeño. 

Foto 2. Don Francisco y Don Fernando, socios de e.d.a. libros, mirando al futuro editorial con optimismo.

London again

Falsa alarma. Todo el mundo tranquilo. M. Q. me ha llamado para tranquilizarme. Sólo ha sido un pequeño viaje a Londres, con salida desde Gibraltar. No parece muy duro después de su paliza en las lejanas tierras santas. Museos, jardines, metros, palacios. Buena vida, vaya. 

Pero esto, pero esto... ¿Es que se ha vuelto a marchar a Oriente mi pequeño? ¿O está rodando en Bolliwood? ¿Dónde has metido mi libro, Marcos Quesada? Si hasta tiene una pequeña cicatriz sobre su hermosa piel verde. Pobrecito mío. La de maletas que tiene que soportar. Como que hay días en los que pienso que lo mejor sería cerrar el blog y acabar con sus penosidades turísticas.  

Más fervor

En las panaderías, en las grandes superficies, en las teterías, en los todoacien, en los aeropuertos, en los mercados, en las librerías de viejo... ¿Qué van a hacer judíos y palestinos cuando Antonio se traiga el libro de vuelta?

Fíjense, por favor, en el señor de la izquierda. Con varios libros en su regazo no consigue concentrarse en la lectura porque su deseo, el mayor deseo de su vida, es levantarse y arrebatar el libro al señor de la derecha y poder disfrutar de unos buenos golpes antes del almuerzo. 

Fervor golpista (o, mejor, golpero)

Sigue en Jerusalén el fervor por leer Los cuatrocientos golpes. La gente se lo quita de las manos a Antonio Pérez y en todas las esquinas, en las iglesias, en los muros, todos abren el libro y comienzan a leer. Espero que no lo abran por La resistencia sexual de Jesucristo.

Otra vez duplicados

Antonio Pérez vuelve a enviarnos fantásticas fotografías que demuestran que mi pequeño sigue su viaje por Tierra Santa. Las de hoy están tomadas en una iglesia de Jerusalén. Pero también nos siguen llegando nuevas fotografías anónimas de los golpes viajando por la Comunidad de Madrid (mañana las publicaremos). 

¿Cuál es el verdadero y cuál el doble? Qué cosa más extraña es la literatura de viaje.

P.D. Nunca he visto a nadie leer con tanto interés Los 400 golpes. ¡Eh, señor! Que se pierde usted toda esa espléndida iconografía.

El doble

Queridos amigos: nos han timado. Mi editor juró y perjuró que sólo había un ejemplar de Los 400 golpes y por eso lo mandé a viajar por esos mundos de Dios, para que todo el mundo lo conociera y él conociera a todo el mundo. Pero vean la fotografía superior: ahí, repantingado en una barquita de El Retiro madrileño, disfrutando de la primavera del Foro. Y vean también la superior de la superior. ¿Cómo es posible semejante duplicidad? ¿No quedamos en que estaba en Tierra Santa? ¿Qué hace, si no, ese señor leyendo en mitad de una calle que, por sus carteles y sus policías, sabemos que no es Madrid? Es más, fuentes bien informadas aseguran que son las calles de Ramala. ¿Hay un segundo libro en la faz de la tierra, un hermano desconocido, un impostor, un doble?

No sé cómo podré aclarar este desaguisado. Mañana llamo sin falta a mi editor.

Y ahora sobre el Santo Sepulcro y en el Portal de Belén.

Qué más se puede pedir, damitas y caballeretes.

El muro

Haítos de torrijas y bacalao nos disponemos a mostrar al mundo el gran viaje religioso que mi pequeño hizo a tierras santas. Lo hizo en la maleta del gran Antonio Pérez y ni corto ni perezoso se plantó ante el mismísimo muro de las lamentaciones para hacer sus plegarias. Cada papelito blanco de los que aparecen en la imagen es una petición y mi pequeño, para no ser menos, ha hecho la suya: tener pronto un hermanito. Bien, pues en ello estamos y pronto, muy pronto, serán ustedes informados del feliz alumbramiento.