viernes, 26 de marzo de 2010

La segunda taza para los que no querían caldo





¡Quién dijo miedo! No vamos a conformarnos con una sola entrada de las antípodas. Tan pronto nos enteramos de que nuestra paisana Elena Muñoz (amiga de una amiga) cogía las maletas para conquistar Nueva Zelanda, encajamos a mi pequeño en su maleta para su Segundo Viaje Transoceánico (SVT). Y desde allí nos envió estos preciosos documentos gráficos que, mucho me temo, sirven para cerrar este blog. Hoy es viernes de Dolores, santo de Lola, y comienzan unas buenas vacaciones. Cogeremos a mi pequeño, nos iremos unos días a descansar y después volverá a su añorado lugar en el estante correspondiente a la letra F. F de fantástico final.
Besos para las señoras y apretones de manos para los caballeros.

lunes, 22 de marzo de 2010

El embajador que nunca escribió




La carta del ministro de la Cultura y el Bienestar nunca le llegó a Miguel Ríos. Tampoco llegó a Algeciras la foto de la embajada española en Sydney. ¿Se habrá estropeado la cámara de la embajada? Esperamos y esperamos, los días se hicieron interminables, el reloj marcó las horas y nos quedamos con un palmo de narices (o dos). Todo parecía perdido como todo le parecio perdido al señor Fogg cuando llegó de vuelta a Londres. Había perdido su apuesta sólo por unas horas. Nosotros habíamos perdido la oportunidad de redondear el blog por una foto de un lejano continente. Y en estas llegó la llamada de Julia Valero: hay una sorpresa para ti. ¿Una sorpresa? Sí, abre el correo cuando llegues a casa. Abro el correo cuando llego a casa y encuentro un mensaje de la más sevillana de Sevilla: María Civeira. El mensaje dice así
: Hola Kilo, no sé si Julia te comentó que el libro se iba de viaje con mi hermana Lola a Nueva Zelanda. Te mando las fotos: en una de ellas se ve claramente el lugar donde está tomada; en las demás no, pero el que haya estado por allí seguro que reconoce los paisajes.
Bueno, espero que con este viaje a las antípodas tus golpes se hayan divertido.
Besos y hasta pronto.
Saltos durante toda la tarde por la casa, emoción, lágrimas y sensación de final de trayecto. Mi pequeño librito de ciento treinta y seis páginas y poco más de veinte centímetros lo había conseguido. La tierra, el planeta azul estaba rendido a sus pies. Había pisado los cinco continentes conocidos. Y aquí están las pruebas que faltaban.

viernes, 12 de marzo de 2010

A veces llegan cartas (electrónicas)...


No doy crédito, digo esta vez junto al director del Banco Mundial. Es imposible. Inaudito. Vean, vean la carta de Enrique Sardá Valls, Cónsul General de los países españoles en los países australianos.

Estimado amigo: El embajador me ha remitido su petición y con mucho gusto haré la foto de su libro con la Ópera House de fondo cuando lo reciba.
Cordialmente.

Enrique Sardá Valls
Cónsul General de España en Sydney

¡Oh cielos, qué emoción! ¡Es la primera vez que soy amigo de un cónsul general! ¡Cuánto honor!