jueves, 11 de junio de 2009

Bruuuuuuuuujas



¡Vean, vean el caballo! Interesadísimo en las historias de mi pequeño. Ni terrones de azúcar ni nada. Al bruto le interesan las historias que le susurra mi pequeño. Esto es brujas: ¡uuuuuuu! y también allí se ha desatado la pasión lectora cuando han llegado los golpes. Esta pareja, olvidando por unos instantes la exquisita educación norteuropea, se dirige hacia nuestra lectora para arrebatarle, si es preciso por la fuerza, su valioso ejemplar. 

Malas calles



El Dioni se ha hecho fuerte. Consiguió zafarse de la presión familiar y llevarse el libro a dar un paseo. Y miren donde aterriza. A la entrada del Barrio Rojo de Amsterdam. Allí, según relatan las crónicas: «las muchachas de los escaparates cogen unos rebotes impresionantes». Y digo yo: ¿qué hacen las muchachas en los escaparates? ¿Es la profesión de escaparatista la más demandada en Amsterdam? Y, otra cosa: ¿qué museo es ese que se ve al fondo de la imagen? ¿Qué significa ese dibujo de las hojitas en forma de palmera?
¡Ay, Señor, Señor, que dijiste a los apóstoles: mi paz os dejo, mi paz os doy! ¡Cuida de que no le pase nada a mi pequeño en esos antros de mala muerte!

Expreso de media tarde


A ver si termina de una vez el Dioni, parece estar pensando Begoña U. en esta fotografía. ¿Recuerdan a Mario, el de la anterior entrada? Bien, estos son sus papás y por fin consiguieron quitarle el libro en el trayecto Brujas-Lovaina (un uno en la quiniela belga, sin duda). A ver si mi pequeño va a causar discusiones familiares. 
Por favor, tengan paciencia con él.