Juan Corrales, amigo linense cuyo cincuenta por ciento aparece en la primera fotografía de la serie con el libro bajo el brazo, se ha marchado este verano a disputar las olimpiadas a la lejana China. Una vez allí parece que el arroz tres delicias le gustó más que los saltos con pértiga y se dedicó al vagabundeo y la pertinaz observación del género humano oriental. No se olvidó, desde luego, de incluir en su mochila los útiles necesarios para tamaño viaje: diccionario, cepillo de dientes, mudas limpias y Los 400 golpes. Así que, sin comerlo ni beberlo, se ofrecen hoy las primeras imágenes del libro fuera del continente europeo.
Por su interés, reproducimos las palabras de JC desde el imperio del sol naciente: «Los golpes fueron declamados ante, las más de las veces, patéticas caras de espectadores finlandeses, japoneses, chinos... en los diferentes escenarios fotografiados, desde Helsinki hasta Chonquing pasando por Pekín o en la intimidad de la habitación 2209 del Hotel Hilton de Chongging».
Dan ganas de llorar de la emoción. Mi querido libro, tan pequeño y ya viajando por esos lejanos países llenos de chinos y con esas letras tan dificilísimas.
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