Durante el copeo todo fue mucho más divertido. Se degustó un vino denominado Pajarete, se degustaron las viandas típicas de la zona y se hizo un experimento fotográfico que demuestra la buena salud de este blog. Carmen Velasco posó estupenda para nosotros sosteniendo entre sus manos Los 400 golpes. Fernando Mateo, no menos estupendo, se retrató con un ejemplar de otro libro elegido al azar. Como ustedes pueden comprobar, y no es amor de padre, la diferencia es abismal. ¡Vivan los golpes!
P.D. Paco Torres, al fondo de la segunda imagen y ajeno por completo a nuestra labor fotográfica, sostiene una interesante conversación con el camarero sobre el contenido de la carta culinaria del local.
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