Quiten el libro de esta fotografía y coloquen una vieja camioneta con dos tripulantes: un hombre y una mujer. Él es alto y delgado y, en otras circunstancias, hubiera sacado la pistola en menos que canta un gallo. Pero ahora lleva puesto el uniforme de fotógrafo y va acompañado por una dama rubia, muy guapa e infeliz por su destino. Ambos viven una historia de amor imposible. Los 400 golpes no quisieron dejar EEUU sin pasar bajo uno de los puentes de Madison y derramar unas lágrimas como homenaje a los amores frustrados.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Puenteando
Quiten el libro de esta fotografía y coloquen una vieja camioneta con dos tripulantes: un hombre y una mujer. Él es alto y delgado y, en otras circunstancias, hubiera sacado la pistola en menos que canta un gallo. Pero ahora lleva puesto el uniforme de fotógrafo y va acompañado por una dama rubia, muy guapa e infeliz por su destino. Ambos viven una historia de amor imposible. Los 400 golpes no quisieron dejar EEUU sin pasar bajo uno de los puentes de Madison y derramar unas lágrimas como homenaje a los amores frustrados.
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