lunes, 16 de marzo de 2009

Más de libros


Y estando en otra vitrina mi pequeño coincidió con el señor Hemingway. Si se fijan bien, está justo arriba de los golpeadores. Se hablaron y se cayeron bien. Mr. Ernest invitó a mi libro y a su acompañante femenina a tomar unas copas en su hermosa dacha habanera.
Y allá que se fueron. 

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