No, no se han acabado. Sólo hemos tenido una temporada de descanso. Mi pequeño libro estaba agotado de tanto avión, barco, coche, autobús. Así que vino a casa y me pidió unos días de vacaciones. Concedidos, por supuesto. Fuimos a IKEA, le compré unas Billy (repisas blancas con puertas de cristal que para un libro equivalen a un chalet con piscina y yacuzzi) y allí se tumbó a la bartola en su correspondiente lugar alfabético.
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1 comentario:
A principios de abril parto hacia tierras niponas y no m importaría llevarme el libro de viaje. Un saludo!
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