
Ya nos hemos gastado todos los dólares que llevábamos en la cartera. Ahora, a vagabundear por el desierto. Y para desiertos, California parece haberse quedado con los mejores. De momento, ningún apache, ningún centauro, ninguna caravana de mujeres. Sólo un sol que achicharra. Vean a mi pequeño, agotado por las noches de juego, buscando la sombra de este hermoso hito que regala el camino. Agua, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario