Para descansar de tanta literatura rusa venían bien unos días de asueto entre esta maravillosa cacharrería alemana. Y mi pequeño encontró el mejor de los sitios posibles, la madre de todas las jugueterías, el paraíso de la diversión: el parque de Playmobil en Zirndorf. Grandes muñecotes le dieron la bienvenida y accedieron, todos con amable sonrisa, a fotografiarse con él. Si existe un doctorado en playmobil, mi pequeño lo ha conseguido con este viaje al corazón infantil de la vieja Europa. Ya sabéis: convenced a vuestros aburridos padres que en vez de ir otra vez a Mallorca os lleven a este espléndido país de las maravillas.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Pequeños maestros
Para descansar de tanta literatura rusa venían bien unos días de asueto entre esta maravillosa cacharrería alemana. Y mi pequeño encontró el mejor de los sitios posibles, la madre de todas las jugueterías, el paraíso de la diversión: el parque de Playmobil en Zirndorf. Grandes muñecotes le dieron la bienvenida y accedieron, todos con amable sonrisa, a fotografiarse con él. Si existe un doctorado en playmobil, mi pequeño lo ha conseguido con este viaje al corazón infantil de la vieja Europa. Ya sabéis: convenced a vuestros aburridos padres que en vez de ir otra vez a Mallorca os lleven a este espléndido país de las maravillas.
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